Procedimiento: El fisioterapeuta se sitúa de rodillas delante del paciente y le pide que se ponga de cuclillas o flexione la rodilla.
Durante esta maniobra, el fisioterapeuta trata de escuchar posibles crujidos por detrás de la rótula.
Valoración: La aparición de una crepitación (similar a la que hace una bola de nieve) indica una condromalacia de alto grado (grados II y III). Los ruidos que se producen habitualmente durante la primera y segunda flexión, en general no asociados a dolor, no tienen ningún significado. Por eso, antes de realizar la prueba se pide al paciente que flexione la rodilla un par de veces, con la intención de reducir la intensidad de estos ruidos que no tienen importancia. Cuando no se escucha ningún ruido a nivel retropatelar, se podrá descartar con mayor seguridad una lesión profunda del cartílago retropatelar. Esta prueba no permite obtener otras consecuencias terapéuticas.