La contaminación del aire causa 10.000 muertes al año en España, una cifra muy superior a la mortalidad asociada a los accidentes de tráfico, que se salda con una mortalidad de 1.700 defunciones anuales, alerta la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), con motivo de la celebración del próximo Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio. En esta edición de 2019 se dedica al tema de la contaminación del aire.
Además, entre las causas de muerte, el tabaco es la tercera causa de muerte en el mundo, mientras que la contaminación es la cuarta, con siete millones de muertes en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre los contaminantes ambientales más perjudiciales figuran los óxidos de nitrógeno (NO2) que son los que más muertes provocan en España (en torno a 6.000 al año), seguidos de las partículas en suspensión (2.600 muertes anuales) y el ozono troposférico (más de 500). También otros, como el dióxido de azufre, el monóxido de carbono o el plomo. Cuando se suman las muertes causadas por los contaminantes citados y otros, estas ascienden a esas más de 10.000 al año en España.
“Estos datos demuestran que desde Separ y desde toda la comunidad de neumólogos debemos insistir en que las autoridades competentes aprueben medidas para mejorar la calidad del aire, puesto que respirar aire limpio es un derecho de todos. Con estos datos y con la información de que disponemos tenemos que advertir de que estar expuesto a un aire muy contaminado es equiparable a fumar”, explica Carlos A. Jiménez, presidente de Separ.
“El adulto medio respira más de 15 m3 de aire cada día. En el mundo sabemos que nueve de cada 10 personas respiran aire insalubre (el 92 por ciento de la población mundial según la OMS). Aunque los contaminantes del aire son a menudo invisibles, sus efectos en la salud pueden ser graves, especialmente en los pulmones, corazón y otros órganos sistémicos, así como en el desarrollo del feto. Sabemos que las personas en las etapas vitales extremas, niños y ancianos, así como los enfermos respiratorios crónicos, del corazón o de salud frágil son los más vulnerables a lo efectos de la contaminación del aire en las ciudades”, informa Isabel Urrutia, neumóloga y coordinadora del Área de Medio Ambiente de Separ.
Fuentes y partículas contaminantes y efectos en la salud
Las principales fuentes de contaminación del aire en Europa son el transporte y las centrales térmicas y las plantas industriales. En España, contaminan con la misma proporción los gases emitidos por los tubos de escape del tráfico rodado (32,5 por ciento) y las plantas industriales o productoras de energía (32,4 por ciento).
Las partículas suspendidas (PM) se producen por la combustión de los vehículos que circulan por las ciudades y, en especial, por los motores diésel. Entre las partículas más contaminantes figuran las que tienen menos de 10 microgramos de diámetro (PM10) y menos de 2,5 microgramos de diámetro (PM2,5).
En España, a menudo se exceden los límites de contaminación recomendados para la salud
humana. Las ciudades que más han mejorado la calidad del aire son Pontevedra, Madrid,
Bilbao, San Sebastián, Sevilla, Barcelona o Huesca.
Aun así cabe recordar que, en 2017, en Madrid se registraron más de 20 episodios catalogados de “alta contaminación” de niveles de dióxido de nitrógeno; el mismo año se superó el límite de partículas en suspensión –establecido en 50 microgramos por m cúbico- en ciudades como A Coruña, Santander, Sevilla, Valencia, Zaragoza, Granada, Huelva, Lleida, Murcia, Puertollano (Ciudad Real), Talavera de la Reina (Toledo), según Ecologistas en Acción. Y en Sevilla, Zaragoza, Barcelona, Guadalajara, Salamanca y Getafe (Madrid) se dispararon los niveles de dióxido de carbono en noviembre.
“Hoy sabemos que las partículas en suspensión son consideradas un carcinógeno de primer orden y están muy asociadas a tumores pulmonares, de mama y digestivos; también que los
niños que viven cerca de vías con exceso de tráfico tienen un menor desarrollo pulmonar y que la contaminación del aire supone más del 50 por ciento del total de los casos de neumonía infantil; y que los días que los índices de contaminación superan los límites establecidos aumentan los ingresos hospitalarios, las consultas médicas y las atenciones en urgencias, especialmente de los enfermos crónicos respiratorios: asmáticos y pacientes con EPOC. Estos son solo algunos ejemplos de lo altamente perniciosa que puede ser la contaminación del aire para la salud humana y razones de peso suficientes por las que debemos continuar trabajando en reducirla”, destaca Urrutia.
Fuente: Redacción Médica