La prevalencia de la obesidad a nivel mundial se ha triplicado desde 1975 hasta tal punto que en ciertos países la población vive con sobrepeso como si ese fuera su peso normal. El hígado graso, la diabetes, los problemas cardiovasculares o el cáncer son solo algunas de las enfermedades relacionadas con la obesidad.
Frenar su aumento es uno de los objetivos tanto de los países como de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las principales actuaciones se han centrado básicamente en incrementar el precio de las bebidas azucaradas.
Sin embargo, varios estudios recientes sugieren que un incremento similar sobre los productos azucarados como las galletas, pasteles, chocolates o confitería tendría unos efectos más positivos sobre la salud de las personas.
Una reciente investigación publicada por BMJ y liderada por Pauline Scheelbeek, experta en epidemiología nutricional y ambiental, ha analizado el gasto de bienes de consumo rápido de 36.324 horas de Reino Unido.
Para llevar a cabo el estudio se ha incrementado el precio de varios productos como bebidas, galletas, chocolates o snacks un 20 % durante un año. La principal conclusión que se extrae es que el encarecimiento de estos alimentos está directamente ligado a una reducción de peso.
Llama la atención que el peso de las personas ha tenido diferentes evoluciones en relación con el producto que se ha encarecido. Por ejemplo, las bebidas azucaradas supone una pérdida de aproximadamente unos 200 gramos, frente a los 500 gramos de las galletas o los 1.301 grados de los snacks azucarados.
Fuente: Consalud