COLLARÍN BLANDO: Es el más conocido y consiste en una pieza de espuma de poliuretano, recortada según la silueta del perímetro cervical, recubierta por un tejido de algodón que permite su cierre por una cinta de velcro a nivel de la nuca.
Ventaja: Se puede utilizar de forma inmediata.
Inconveniente: Utilización limitada debido a su deterioro. Su efecto mecánico es escaso, limitando la movilidad no más del 10%.
COLLARÍN SEMIRRÍGIDO: Consta de dos planchas contorneadas en plástico (politeno) que permite su ajuste en altura al estar unidas mediante velcros y que la superior tiene una prolongación mentoniana ya que el collarín semirrígido sin apoyo mentoniano no estabiliza.
Se considera que puede limitar la movilidad entre el 50-75%, conservándose la movilidad a nivel de la charnela occipitocervical.
Indicaciones: Cuando interese mayor estabilización, dentro de las limitaciones de los collarines y con mejores características de higiene y durabilidad.