Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de un vértigo posicional paroxístico benigno.
Posición del paciente: Sentado, con los brazos paralelos al cuerpo y las manos reposando sobre los muslos.
Posición del fisioterapeuta: De pie, delante del paciente orientado hacia este.
Ejecución del test: El fisioterapeuta toma un contacto con ambas manos, una a cada lado de la cara del paciente. Seguidamente realiza un movimiento pasivo de extensión y de rotación de la columna cervical hacia un lado. Una vez el paciente está en esa posición, el fisioterapeuta procede a tumbarlo rápidamente sobre el lado contrario a la rotación cervical que ha realizado. Entonces observa los ojos del paciente tras haberle indicado que los debe mantener abiertos durante toda la prueba. La prueba debe realizarse de forma bilateral.
Interpretación del test: La prueba es positiva si la maniobra produce un nistagmo, que puede ser horizontal, vertical o rotatorio según qué conducto semicircular se encuentre afectado.