Esta prueba se utiliza para valorar la presencia de líquido intraarticular en la articulación de la rodilla.
Posición del paciente: En decúbito dorsal, con los brazos a lo largo del cuerpo y las rodillas extendidas.
Posición del fisioterapeuta: En bipedestación, en el lado a valorar a la altura de las rodillas orientada hacia el paciente. Con los dedos índice y corazón de ambas manos, toma contacto sobre el margen interno rotuliano del lado a evaluar. Los dos pulgares lo hacen sobre el margen externo.
Ejecución del test: El fisioterapeuta ha de apreciar la existencia de inflamación en la rodilla. Seguidamente, tiene que llevar a cabo pequeñas compresiones en las regiones donde perciba la inflamación.
Interpretación del test: Si el fisioterapeuta aprecia por medio de las compresiones signos de líquido intraarticular, se puede pensar en una posible afectación de alguna de las estructuras internas de la rodilla, que tiene como resultado un derrame en la cápsula articular. En este caso se dice que la prueba es positiva.