La variante Delta del SARS-CoV-2 (B.1.617.2, detectada originalmente en India) se erige actualmente como la principal preocupación en el viejo continente. El inicio de la temporada estival y la eliminación de algunas restricciones y medidas en muchos países ante la mejoría de la situación epidemiológica plantean un importante desafío en el control de la pandemia ante su rápida expansión. De acuerdo a la evidencia científica con la que se cuenta hasta el momento, la variante Delta es más transmisible que la variante Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido) y cuenta con mayores capacidades a la hora de evadir la respuesta inmunitaria mediada por las vacunas. Especialmente en aquellos que todavía no han completado la pauta de inmunización.
La variante Delta ya es la responsable del 90% de los nuevos contagios que se producen en Reino Unido. El Gobierno de Boris Johnson se ha visto obligado a retrasar los planes de desescalada ante su avance. Los últimos datos ofrecidos por Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) alertan de que esta variante será la responsable de hasta el 90% de los nuevos contagios que se produzcan en Europa a finales de agosto de este año.
“Las variantes del SARS-CoV-2 están surgiendo a un ritmo significativo en todo el mundo”, alerta el ECDC en su último informe. A través de este documento destaca la importancia de los trabajos de secuenciación del virus para que las autoridades sanitarias de la Unión Europea puedan tomar decisiones informadas en materia de salud pública sobre su expansión. “Algunas variantes pueden poner en riesgo nuestros esfuerzos por controlar la pandemia y requieren de acciones inmediatas”, apostillan los expertos del ECDC.
“Desafortunadamente, los datos preliminares muestran que puede infectar a personas que han recibido una sola dosis de las vacunas disponibles actualmente. Es muy probable que la variante Delta circule ampliamente durante el verano, particularmente entre las personas más jóvenes que no son objetivo de la vacunación”, alertan. Ante este escenario advierten de que esto podría incrementar el riesgo de las personas más vulnerables ante la infección y que “experimenten una enfermedad grave e incluso fallecer si no están completamente vacunadas”
El ECDC recoge en el referido documento la última evidencia científica analizada que informa de la alta protección frente a la variante Delta de las personas completamente inmunizadas. Explican que “cualquiera de las vacunas disponibles proporciona una alta protección frente a esta variante y sus consecuencias”. En este sentido matizan que aproximadamente el 80% de las personas mayores de 80 años, y el 40% de las personas mayores de 60 años aún no han completado su pauta de vacunación en la Unión Europea. Población que se enmarca dentro de los grupos de riesgo frente al virus y que están en peligro ante la progresiva y rápida circulación de esta variante.
“Todavía hay demasiadas personas en riesgo de infección grave por Covid-19 a quienes debemos proteger lo antes posible. Hasta que la mayoría de las personas vulnerables estén protegidas, debemos mantener baja la circulación de la variante Delta siguiendo estrictamente las medidas de salud pública, que funcionaron para controlar el impacto de otras variantes”, expresan.
Motivo por el que los expertos del ECDC instan a los gobiernos europeos a acelerar el ritmo de vacunación. “En esta etapa es crucial que las segundas dosis se administren dentro del intervalo mínimo autorizado desde la primera dosis para acelerar la velocidad a la que las personas vulnerables quedan protegidas”.
“Soy consciente de que se requiere un esfuerzo importante por parte de las autoridades de salud pública y de la sociedad en general para lograr este objetivo. Pero ahora es el momento de hacer un esfuerzo adicional. Tenemos varias vacunas seguras y efectivas disponibles y cada infección que se prevenga ahora mediante nuestro cumplimiento de las medidas de salud pública, es una vida que puede salvarse mediante la vacunación”, afirma la doctora Andrea Ammon, directora del ECDC.
Fuente: Consalud