– Dolor descrito como quemante, punzante, intenso, eléctrico.
– Historia de lesión, patología o compromiso mecánico del nervio.
– Dolor asociado a otros síntomas neurológicos (parestesia, entumecimiento, debilidad).
– Dolor referido en un dermatoma o campo de inervación cutánea de un nervio periférico.
– Baja respuesta a analgésicos simples/AINEs, y/o mayor capacidad de respuesta a los medicamentos antiepilépticos (Neurontin,
Lyrica) / antidepresivos (amitriptilina).
– Dolor de alta severidad e irritabilidad (facilidad de provocación, necesitando más tiempo para su resolución).
– Patrón mecánico; el dolor se agrava o alivia con factores relacionados con las actividades/posturas asociadas con el movimiento,
la carga o la compresión del tejido nervioso.
– Dolor asociado con varios tipos de disestesia.
– Dolor de aparición espontánea (independiente del estímulo), y/o dolor paroxístico (recurrencias e intensificación repentina del dolor).
– Dolor latente en respuesta al movimiento/estrés mecánico.
– El dolor empeora por la noche y se asocia con trastornos del sueño.
– Dolor asociado con el afecto psicológico (angustia, trastornos del estado de ánimo).
Fuente: Protocolo de Fisioterapia en Atención Primaria