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El tenis es uno de los deportes de raqueta más populares, y prueba de ello es que puede practicarse a cualquier edad y existen campeonatos para todos los niveles. Aun así, no debemos olvidar que se trata de un deporte de alta exigencia física en el que, aunque no haya contacto con el contrario, se requiere el trabajo de todo el cuerpo: la fuerza en los brazos es necesaria para el golpeo de la pelota; la velocidad y fuerza de piernas, para recorrer la pista; tener un buen core es importante para conseguir llegar a una bola baja, mantener una buena postura e impulsar correctamente la raqueta.
En el caso de la alta competición, el desafío es mucho mayor. El circuito profesional de tenis supone un reto extenuante para los jugadores, pues el calendario les obliga a tener que competir al máximo nivel cada semana. Cada torneo implica un desplazamiento, así como una adaptación a la climatología y a la superficie de la pista de la ciudad donde se va a competir. Además, los tiempos de descanso entre competiciones son cada vez más cortos y aumenta el riesgo de lesión.
El médico y el fisioterapeuta trabajan con el entrenador y el preparador físico para que el tenista note lo menos posible esos cambios. Ese trabajo pasa, entre otras cosas, por facilitar la adaptación para conseguir el máximo rendimiento y evitar las posibles lesiones. «En una competición de este nivel, todas las selecciones viajan con su equipo médico formado por un doctor y dos fisioterapeutas. En los servicios médicos oficiales de la competición les damos soporte personal y material. Si algún tenista arrastra alguna molestia, la cuidamos y la tratamos. En definitiva, le ayudamos para que esté en las mejores condiciones para afrontar cada jornada», explica el doctor Ruiz, director de la Clínica Tenis Teknon,
“Hay que tener en cuenta que el tenista llega a la Copa Davis con el calendario prácticamente finalizado, y después de la gira por América acumula las molestias de la temporada”, señala el doctor. Por eso, el fisioterapeuta es una persona clave dentro del equipo tenista. Su trabajo consiste en recuperar al jugador después de cada partido y tratar esas pequeñas lesiones como son las contracturas después de las horas de esfuerzo.
Qué tratamientos son los más habituales
En un día en el que no hay partido, explica el doctor Ruiz Cotorro, “es habitual preparar el jugador para el entrenamiento. Esta preparación consiste en trabajar la movilidad articular y realizar una rutina de ejercicios específicos de activación muscular previo al ejercicio en pista. En el caso de ser necesario, se realiza un vendaje en alguna región específica y hasta un tratamiento de alguna molestia. Después del entrenamiento, se practican masajes de descarga muscular y, si es el caso, se trabaja alguna incomodidad”. Algunos jugadores solicitan realizar bañeras de hielo como herramienta de recuperación después de un entrenamiento. También es muy importante la suplementación, con batidos recuperadores de proteína, para ayudar a que el músculo se recupere más rápido posible.
En competición, antes de un encuentro se realiza un calentamiento de movilidad en camilla, trabajo específico activo para cada jugador y vendajes preventivos. Durante, se preparan bolsas, toallas y bañeras de hielo para paliar las altas temperaturas. También seguiremos con batidos recuperadores de proteína. Tras disputarlo, los tratamientos tienen que ser más extensos para recuperar el músculo y aliviar las posibles dolencias del esfuerzo. Sin olvidar el sueño con descanso que es fundamental para la recuperación rápida y mejoría de las dolencias.
«En definitiva, se trata de ayudar al tenista a recuperarse en las mejores condiciones y lo más rápido posible para que compita al máximo nivel», concluye el especialista.
Fuente: El confidencial
