El nervio trigémino recoge la sensibilidad de la cara y la mucosa de las cavidades nasales y oral, junto con la porción anterior del cuero cabelludo, exceptuando los ángulos mandibulares. Además inerva la musculatura de los maseteros e interviene como parte aferente en el reflejo corneal.
Este reflejo debe evocarse con un roce en el borde lateral de la córnea sin que el paciente vea venir el estímulo, ya que si no se evocaría el reflejo de amenaza.
La exploración se realizará con el examen sensitivo de la cara, estudiando el reflejo corneal. Primero se evaluará un lado de la cara y se comparará con el otro. Dependiendo de dónde se localice la patología se obtendrán los siguientes patrones de alteración.
-Pérdida sensitiva completa en la distribución de las tres ramas: lesión del nervio o ganglio de Gasser.
-Pérdida sobre una de las divisiones: lesión distal al ganglio de Gasser.
-Pérdida de la sensación de dolor y temperatura pero con conservación del tacto: siringobulbia con afectación del tracto espinal del trigémino.
-Perdida del tacto pero con conservación de la temperatura y el dolor: lesiones protuberanciales con conservación del tracto espinal del trigémino. Las lesiones protuberanciales también producirán una distribución característica de la alteración sensitiva. Se alterará primero el área del cuero cabelludo para posteriormente abarcar la cara.