Al percutir el ligamento rotuliano con un martillo de reflejos, se provoca el reflejo rotuliano.
Este reflejo se explora con el paciente sentado con las piernas colgando.
Un golpe firme sobre el ligamento rotuliano con un martillo de reflejos causa normalmente la extensión de la pierna.
Si el reflejo es normal, una mano sobre el cuádriceps femoral del paciente notará la contracción del músculo.
Este reflejo valora los nervios L2–L4. La disminución o ausencia de reflejo rotuliano puede ser el resultado de una lesión que interrumpe la inervación del músculo cuádriceps femoral.