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TECNICA WATSU EN ESPAÑA

La profesora de Fisioterapia en la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo Elisa Muñoz es la fundadora y directora del Instituto de Formación Watsupah y la única instructora Watsu acreditada por la Worldwide Aquatic Bodywork Association (W.A.B.A.) residente en España.
 Una disciplina de trabajo corporal que aprovecha los patrones sanadores y de sustentación del agua a una temperatura entre 34-37 º C; aplicable a todo tipo de personas independientemente de su edad y características físicas corporales.

Esta técnica, junto a los efectos terapéuticos del agua caliente y la tridimensionalidad de los movimientos que ésta ofrece, permiten a la persona alcanzar estados de relajación y escucha profunda, además de descomprimir las vértebras, movilizar las articulaciones y elongar los músculos en un modo alternativo y complementario a las demás técnicas que se pueden llevar a cabo en seco.

Los movimientos son similares a una danza, y se realizan en total armonía con la respiración. La sesión de Watsu se inicia percibiendo el ritmo de respiración de la persona que la recibe, aplicándolo posteriormente a los movimientos fluidos y rítmicos en el agua con presiones, estiramientos y movilizaciones. La aplicación de suaves torsiones e inclinaciones ayudan a disminuir la presión que pueda ejercer un aumento del tono muscular sobre la columna, eliminando así cualquier disfunción que esta presión pueda estar causando. Se puede mover la columna y las articulaciones en el agua de una manera que, por la fuerza de gravedad, no sería posible fuera de ella.

Estos movimientos elongan las fibras musculares, movilizan las articulaciones y estimulan la circulación sanguínea y linfática, facilitando de este modo la eliminación de toxinas metabólicas. Por otra parte, el sistema nervioso recibe estímulos de movimientos fisiológicos poco habituales, lo que permite vivenciar su recorrido motor y crear un patrón.

Con todo esto el cuerpo se libera de una forma imposible de realizar fuera del agua, ya que el agua caliente (34°C) relaja la musculatura y sostiene la columna vertebral. Con este sostén y sin el peso del cuerpo, las articulaciones y músculos se pueden mover de una forma muy segura y agradable para el paciente. El cambio que se produce entre momentos dinámicos y de calma, proporciona un espacio ideal para alcanzar una relajación profunda, así como una recuperación del cuerpo y de la mente.

Fuente: La Razón

Sobre Aritz Monasterio

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