La temperatura corporal tiene función homeostática y está regulada por un complejo mecanismo en el que participa el hipotálamo. Varía según la edad (más baja en personas mayores), el momento del día (más baja por la mañana), el ejercicio realizado, cuando la temperatura ambiental es extrema o cuando exista alguna patología que la modifique.
La temperatura oral y rectal reflejan la temperatura interna del organismo. Las temperaturas timpánica y axilar son algo variables, pero se aceptan clínicamente para detectar los cambios más importantes.
Se considera fiebre a todo aquel aumento de la temperatura axilar por encima de 38ºC. Sus síntomas más comunes son:
-Sudoración.
-Calor.
-Escalofríos y temblores.
-Sensación alterna de frío y calor.
-Taquicardia.
-Taquipnea.
-Cansancio.
-Malestar general.
-Dolor articular.
-Labios y piel seca.