Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación de la estática del retropié.
Posición del paciente: En decúbito ventral, con las rodillas extendidas, los pies sobresaliendo por el borde inferior de la camilla y los brazos situados a lo largo del cuerpo.
Posición del fisioterapeuta: En bipedestación, a los pies del paciente en direccion craneal ligeramente desplazado del lado a valorar.
Ejecución del test: Con un rotulador, el fisioterapeuta realiza una línea a lo largo de la parte posterior de la porción distal del tendón de Aquiles. Seguidamente traza otra línea que comienza en el punto de inserción del tendón en el hueso calcáneo y acaba 1 cm distal a este a lo largo del borde posterior. Una vez dibujadas ambas líneas, el fisioterapeuta calcula el ángulo que forman cuando el pie se encuentra en flexoextensión neutra.
Interpretación del test: Si el fisioterapeuta obtiene un ángulo con un valor superior a 8º, se puede pensar en una posible afectación de la estática del retropié. En condiciones normales, la angulación ha de ser inferior a 8º. En ocasiones, las lineas dibujadas por el fisioterapeuta son paralelas y no forman un ángulo alguno. Este último hecho también se encuendra dentro de la normalidad.