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La autoexploración se divide en 2 partes: la inspección y la palpación.
Para la INSPECCIÓN, lo mejor es ponerse frente a un espejo grande.
– Con los brazos relajados adosados al cuerpo, los pezones quedan a la misma altura y a la misma distancia de la línea media.
Ante la presencia de tumores, los pezones ocasionalmente se deforman en dirección al tumor.
Las mamas sanas presentan el mismo tamaño.
Debemos de sospechar, si la diferencia de tamaño aparece paulativamente, después de haber observado que las mamas presentaban igual tamaño.
La piel de la mama sana no está deformada ni aparece diferente en ningún lugar. En los tipos de cáncer que invaden la piel, está a menudo presenta el aspecto de la piel de una naranja.
– La simetría de la mama no debe alterarse cuando levantamos simulatáneamente los dos brazos hasta la vertical.
Al elevar la cintura escapular también se eleva la piel del pecho. Si la mama permanece en su sitio nos indica la presencia de adherencias de tejido conjuntivo.
PALPACIÓN
– Imaginamos la glándula mamaria dividida en 4 cuadrantes, situándose la intersección en el centro del pezón.
Los 4 cuadrantes deben palparse exhaustivamente, pero sobre todo el cuadrante superior externo.
La mano palpadora se apoya plana y con las yemas de las últimas falanges se realizan movimientos en circulo ejerciendo una leve presión. Debe examinarse a fondo la zona de la aréola.
– Se debe palpar la axila, para comprobar si los nódulos linfáticos están endurecidos. El brazo relajado y adosado al cuerpo.
