El miedo al contagio por el SARS-CoV-2, la angustia provocada por la pérdida del empleo como consecuencia del coronavirus, el estrés propio del confinamiento… En los tiempos que corren, las razones para estar preocupados son muchas y eso pasa factura, incluso, mientras dormimos. De hecho, se estima que «los casos de bruxismo por el confinamiento han aumentado un 70%, siendo actualmente una de las causas de mayor afluencia a consultas externas y a urgencias si el dolor es severo», explica Dr Quintana, , quien asegura que «la ansiedad y el estado de nerviosismo se “somatiza” y se exterioriza apretando los dientes durante toda la noche e incluso de día, provocando ese malestar laterofacial y cervical».
Puede presentarse en cualquier persona. Pero el segmento donde aparece con más frecuencia es en mujeres de 30 a 50 años. Durante la crisis ha sido éste también el grupo más afectado, pero hemos visto numerosos hombres en los que el problema se ha presentado por primera vez o se ha agravado.
Graves consecuencias para la salud
Aunque pueda parecer un asunto banal, si no se trata bien el bruxismo puede provocar graves consecuencias para la salud: «Al apretar, las superficies óseas son comprimidas una contra la otra sufriendo desgaste. El menisco articular es comprimido también y comienza a deshidratarse y a adelgazarse. El estadio más avanzado sería el desplazamiento meniscal o incluso su perforación. Todo este proceso va generando dolor en la zona preauricular, que es donde se encuentran estas articulaciones, así como pérdida de la apertura de la boca y contractura muscular mantenida», asegura Chamorro.
Para no llegar a estos extremos, los especialistas abogan por poner en práctica tratamientos multidisciplinares, es decir, «que el paciente sea atendido por un centro integrado de especialistas de cirugía maxilofacial, Odontología y Ortodoncia, Rehabilitación y Fisioterapia, así como psicólogos y psiquiatras en algunos casos después de realizar una correcta historia clínica y exploración dental para detectar la etiología del caso», advierte De la Quintana.
Fuente: La razón.