Las medidas para frenar la contaminación en las ciudades españolas han sido noticia en los últimos meses.
Iniciativas como reducir la velocidad de los vehículos o su entrada en el centro de Madrid, el anuncio del Ayuntamiento de Barcelona de que prohibirá la circulación de los vehículos más contaminantes en 2020, así como la petición de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica para que se creen Zonas de Bajas Emisiones en las ciudades, que incluyan a los hospitales y los centros escolares, son cada vez más frecuentes.
En ámbitos superiores, el Parlamento Europeo ha respaldado un proyecto legislativo para restringir los límites nacionales de calidad del aire para las emisiones de los principales contaminantes para 2030, y este mes una veintena de ministros de Salud se comprometieron en la Cumbre del Clina de Naciones Unidas, a mejorar sus sistemas de salud para prevenir y tratar las patologías medioambientales.
Las cifras bailan de una organización a otra, pero la OMS y la OCDE coinciden en señalar las muertes prematuras asociadas con la contaminación en 6,5 millones, de las que el 87% ocurren en países de ingresos medios y bajos.
Para frenarlo, la OMS presentó su campaña Breathlife para movilizar a las ciudades y proteger a los ciudadanos.
La iniciativa permite consultar online los niveles de polución de más de 3000 ciudades del mundo.
Según Breathlife, en España se producen al año 6860 muertes asociadas a la contaminación. Los expertos aclaran que la contaminación se relaciona con la aparición de cáncer de pulmón, con la exacerbación de la EPOC, con un aumento en la incidencia de alergias, además de ser un factor de riesgo más de tromboembolismo pulmonar y de patología vascular.