Muchos pacientes en todo el mundo precisan diálisis debido a insuficiencia renal. La máquina de diálisis filtra y depura la sangre del paciente, que se extrae para pasar por el dispositivo de filtro, y después se devuelve al paciente.
El proceso de diálisis dura varias horas y precisa un flujo considerable, de 250-500 ml por minuto.
Para disponer de estos volúmenes de sangre es necesario acceder a vasos de un flujo elevado. Ninguna de las venas periféricas tiene ese flujo, por lo que es preciso realizar un procedimiento quirúrgico para crear este sistema.
En la mayoría de los pacientes se anastomosa la arteria braquial a la vena cefálica en el codo o la arteria radial a la vena cefálica en la muñeca. Algunos cirujanos colocan un injerto arterial entre estos vasos. Después de seis semanas, el tamaño de la vena ha aumentado como respuesta al flujo sanguineo arterial, y permite realizar la canulación directa o diálisis.