El periodo germinal abarca desde la concepción hasta las dos primeras semanas y que se caracteriza porque el zigoto se multiplica rápidamente y se mueve a través de las trompas de Falopio hacia el útero. Allí residirá a lo largo de 9 meses aproximadamente. Aparece la placenta y el cordón umbilical.
El zigoto tarda alrededor de 3 días en ir desde las trompas de Falopio al útero y unos 4 o 5 días en instalarse en las paredes nutrientes del útero. A las dos primeras semanas de gestación, las células se habrán multiplicado en gran número y, al mismo tiempo, empezarán a diferenciarse según las instrucciones genéticas.
El embrión posee una membrana externa (corión) y una interna (amnios) que le rodea y protege. Igualmente, se puede observar la placenta, un órgano efímero (sólo durante el embarazo) que permite la relación existente entre el nuevo organismo y la madre y atiende las necesidades de respiración, nutrición y excreción del feto durante su desarrollo.
A partir de la placenta se desarrolla el cordón umbilical cuya función es el traspaso de oxígeno y nutrientes de la sangre de la madre a la del nuevo ser. La diferenciación de las células se produce gracias a una sustancia llamada activina.
Las células que reciban mayor cantidad crean el endodermo: el aparato digestivo y el respiratorio.
Una concentración media crea el mesodermo: sangre, huesos, riñones y corazón.
Las células con menos cantidad crearán el ectodermo: sistema nervioso, piel, pelo, órganos sensoriales