Esta enfermedad, que había sido denominada displasia congénita de la cadera, supone un desarrollo anormal o una luxación de la cadera secundaria a la luxación capsular y a factores mecánicos.
En cuento a los factores de riesgo se encuentran la presentación de nalgas, la historia familiar, el sexo femenino y ser el primer hijo. El menor espacio intrauterino explica el incremento de incidencia de DDC en el primogénito.
Suele asociarse con otros problemas que afectan al niño, como son tortícolis y el metatarsus adductus. Incluye todo en espectro de luxación, subluxación, inestabilidad y displasia del acetábulo.
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