Las propiedades únicas del agua y de la inmersión tienen consecuencias fisiológicas profundas en la realización del ejercicio terapéutico. Dentro de las propiedades físicas del agua destacamos:
a) Flotabilidad: Es la fuerza de empuje que trabaja en sentido opuesto al de la gravedad. La flotabilidad brinda al paciente una relativa disminución del peso y de la carga sobre las articulaciones, lo que permite efectuar movimientos activos con mayor facilidad. La flotabilidad permite al fisioterapeuta el acceso al paciente en las tres dimensiones.
b) Presión hidrostática: Es la presión ejercida sobre los objetos sumergidos. El aumento de la presión reduce o limita el derrame, facilita el retorno venoso, induce bradicardia y centraliza el flujo sanguíneo periférico.
La proporcionalidad entre la profundidad y la presión permite a los pacientes realizar los ejercicios con mayor facilidad cuando están más cerca de la superficie.
c) Viscosidad: Es la fricción que se produce entre las moléculas de líquido, que genera una resistencia al flujo. La viscosidad del agua genera una resistencia en todos los movimientos activos. El aumento de la velocidad de movimiento incrementa la resistencia.
d)Tensión superficial: La superficie de un líquido actúa como una membrana bajo presión. La tensión superficial se mide como fuerza por unidad de longitud. Una extremidad que se mueve por la superficie realiza un trabajo mayor que si se mantiene sumergida.