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Con el inicio del nuevo curso escolar, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León (CPFCyL) hace un llamamiento a toda la comunidad educativa—alumnos, docentes, padres y madres—para involucrarse activamente en la promoción de la salud y la prevención del dolor de espalda entre los más jóvenes.
Fomentar la actividad física es clave
Los fisioterapeutas insisten en que el sedentarismo es uno de los principales factores que contribuyen al dolor de espalda en niños y adolescentes. Para prevenir estos problemas, es esencial que los jóvenes mantengan una buena condición física que les permita enfrentar las exigencias diarias, como llevar la mochila al colegio. “La solución no está en reducir el peso de las mochilas, sino en preparar físicamente a los niños para que puedan llevarlas sin problemas”, explica José Luis Morencia, del CPFCyL.
Evitar la fragilización de los escolares
Es fundamental no caer en el error de “fragilizar” a los escolares al protegerlos excesivamente del esfuerzo físico. Los niños y adolescentes deben estar preparados para llevar sus mochilas de manera segura y saludable. Esto no significa eliminar el peso, sino más bien fortalecer sus músculos y su capacidad física a través de la actividad regular. Cuando los padres o abuelos llevan la mochila por los niños, les envían el mensaje de que no son capaces de hacerlo por sí mismos, lo cual puede disminuir su confianza y capacidad para desarrollar una musculatura resistente y saludable. «Estamos fomentando la idea equivocada de que los niños son frágiles, cuando en realidad necesitan fortalecerse para evitar problemas de espalda en el futuro», subrayan desde el CPFCyL.
Mitos sobre el peso de las mochilas
Existe una creencia errónea sobre el impacto del peso de las mochilas en la salud de los niños. Los estudios científicos demuestran que, salvo en casos de patologías previas, no hay una relación directa entre cuál debe ser el peso de la mochila y los problemas de espalda. De hecho, un estudio de la Universitat Rovira i Virgili mostró que el dolor de espalda crónico en adolescentes ha aumentado a pesar de las recomendaciones de aligerar las mochilas.
Lo fundamental es no sobrecargar las mochilas innecesariamente y, si los niños desean llevar más peso, deberían entrenar para ello. Además, los fisioterapeutas recuerdan que usar mochilas con ruedas no siempre es la mejor opción. Aunque pueden reducir el esfuerzo al caminar por superficies planas, son menos efectivas en terrenos irregulares o escaleras, donde es preferible llevar la mochila en la espalda.
Ergonomía y movimiento en el aula
Otro mito extendido es la idea de que una “mala” postura al sentarse es la causa del dolor de espalda. Los estudios indican que no existe una postura “perfecta” que evite molestias. Lo importante es cambiar de posición frecuentemente y mantenerse activos. “La mejor postura es la que menos dura”, afirman desde el CPFCyL. En el aula, los niños deben sentarse de manera cómoda y relajada, adaptando la postura a sus necesidades individuales.
El peligro del efecto nocebo
El CPFCyL también advierte sobre el “efecto nocebo”, que ocurre cuando se difunden mensajes alarmistas sobre posibles problemas de salud. “Si a un niño se le dice constantemente que llevar la mochila le causará dolor de espalda, es probable que termine experimentando ese dolor”, señala Morencia. Este efecto puede tener un impacto negativo en la percepción de los jóvenes sobre su capacidad física y llevar a la inactividad, lo que puede ser contraproducente para su desarrollo físico.
Por último, el CPFCyL subraya la necesidad de un enfoque equilibrado en la prevención del dolor de espalda en niños y adolescentes, basado en la actividad física regular y el sentido común al gestionar el uso de mochilas y la ergonomía en el aula. Es esencial que toda la comunidad educativa trabaje unida para fomentar hábitos saludables que beneficien el desarrollo físico de los más jóvenes.
