Con 23 años entraba por vez primera en las entrañas del Ruta de la Plata. El Zamora CF militaba en Segunda División B y Andrea Rodríguez, de la mano de FisioReadapt, se introducía en la fisioterapia deportiva. “Estudié en Ponferrada y allí se ve mucha fisioterapia deportiva, aunque apenas puede ejercerse mientras estudias”, reconoce la actual fisioterapeuta del Zamora CF que realizó aquella pretemporada con el equipo para completar su formación académica.
Su buena relación con el ex jugador rojiblanco Jesús Garretas le llevó a hacer contacto con Pedro Lucas, alma mater de FisioReadapt y hasta ese momento fisioterapeuta de campo del Zamora. Rodríguez hizo esa pretemporada para ampliar su formación y la temporada siguiente, la primera del equipo en Tercera División y con Balta al frente de la nave, Andrea Rodríguez tomaba las riendas del área de fisioterapia en campo del club rojiblanco.
Desde entonces, y hasta el reciente ascenso, tres temporadas y media siendo el ‘ángel de la guarda’ de los jugadores que compusieron las diferentes plantillas rojiblancas. El año y medio restante, fue otro compañero el que ejerció esa labor y también hubo meses en los que el club, por sus apuros económicos, dejó de contar con este servicio en el día a día.
Áreas muy marcadas pero trabajando en equipo
Actualmente, el organigrama del Zamora en cuanto al primer equipo está muy marcado. Los jugadores tienen su espacio. El cuerpo técnico posee el suyo, con entrenador, segundo entrenador, entrenador de porteros, preparador físico y readaptador de lesiones. Y el cuerpo médico también posee su área, con médico, fisioterapeuta en campo, y clínica de fisioterapia. “El trabajo en equipo ha sido fundamental estos años. No he estado perdida de la mano de Dios en el Ruta de la Plata, por así decirlo. Ha sido un trabajo en equipo de todo el cuerpo médico y con el cuerpo técnico. El importante es el jugador y hay que ir todos a una”, reconoce Andrea Rodríguez.
La propia Rodríguez explica que su comunicación con el médico del club Agapito Sánchez, y con la clínica FisioReadapt, en la que trabaja, ha sido constante: “Cuando yo llegué ya había un equipo sólido. Agapito lleva muchos años en el club y Pedro también. Cuando entré estaba todo rodado y era adaptarse y seguir en esa línea. En estos años yo he sido la que ha estado en el campo pero he tenido comunicación directa con Agapito, con Pedro y con Pablo. Cualquier duda que surgía o problema que se planteaba, se lo comunicaba y valorábamos si actuar en el propio campo, en la clínica de fisioterapia, ofrecíamos nuestro punto de vista para ver si había que acudir a consulta médica o había que realizar alguna prueba diagnóstica…”.
Durante este tiempo en el club, Andrea Rodríguez, natural de Ciudad Rodrigo, ha coincidido con muchos futbolistas y con varios entrenadores. En este tiempo, Rodríguez ha sido una más del equipo, compartiendo vestuario, alegrías y también resignaciones con los futbolistas, antes, durante y después de cada entrenamiento, e incluso en la propia clínica si era necesario. Una clínica que actualmente cuenta con avanzadas técnicas de recuperación y que ha sido clave en la aceleración de procesos de recuperación de futbolistas en los últimos tiempos.
Sobre el ‘mundo’ que representa cada jugador, Andrea lo tiene claro: “Lo difícil de mi trabajo es la toma de decisiones. Cuando llega el cuerpo técnico y te pregunta si un jugador está para entrenar o no. La toma de decisiones es vital porque al final los jugadores son personas y el fisioterapeuta está muy cerca de ellos, llegando a crear un vínculo importante y a generar mucha confianza. Es lo difícil, pero a la vez es lo bonito. Me gusta mucho el trabajo de campo, aunque es sacrificado, porque vives cosas en el deporte que a diario en la calle no ves. Hay que tener claro que no se pueden hacer milagros, pero nosotros estamos para sumar y esforzarnos para que en caso de necesidad, como el año pasado con Sergio o este año con Carlos, nos esforcemos para hacer tratamientos exprés que ayuden al jugador y al conjunto”.
Sobre si el día del ascenso fue el que con más cariño recuerda, Andrea Rodríguez estima que no: “Yo disfruto del día a día. El día del ascenso fue muy bonito, pero tengo muy buenos recuerdos a diario durante todas estas temporadas. Por ejemplo, me encantan los lunes. Es día regenerativo, en el que tengo mucha carga de trabajo, pero yo disfruto del camino. Es cierto que el colofón es el día del ascenso, fue un día bonito aunque atípico, pero me quedo con muchos días en el día a día. Considero que he disfrutado todos los días, aunque haya habido días buenos y días menos buenos”, apunta la fisioterapeuta del Zamora Club de Fútbol.
La recuperación exprés de Carlos Ramos para la fase de ascenso a Segunda B
La de fisioterapeuta es una figura no siempre reconocida o visible para los aficionados en los clubes, pero que juega un papel fundamental. Algo que se puede extender al cuerpo médico en general. En pretemporada, por ejemplo, el mayor trabajo reside en los reconocimientos médicos, en el conocimiento de los jugadores, en la valoración de cargas con el cuerpo técnico, en recuperar sobrecargas… En este sentido, el regreso tras el confinamiento ha sido como una pretemporada al uso, aunque con matices. “Hay muchas similitudes, pero no es lo mismo la pretemporada inicial que la exprés que hemos vivido. Ahora contábamos con el factor tiempo, porque cualquier molestia cobraba relevancia al no existir mucho margen de reacción”, explica Andrea Rodríguez.
En ese periodo hubo dos casos opuestos. Por un lado la lesión de Asiel, imposible de recuperar al tratarse de una rotura ósea, y la lesión muscular de Carlos Ramos a solo una semana del choque de semifinales ante el Numancia B. “Al respecto de la lesión de Carlos Ramos todas las partes implicadas ofrecimos nuestra visión: médicos, fisioterapeutas, técnicos y jugador. Hubo un consenso claro, había que controlar las cargas y hacer un tratamiento intensivo para que llegara a la fase decisiva de la temporada. Convenimos que no era necesario hacer pruebas porque no era el momento de darle una información así al jugador. Sabíamos que era algo muscular y nos planteamos ir día a día. En función de su evolución diaria íbamos trabajando, actuando y controlando la carga. Yo le dije que era el momento de ser inteligentes, y le dije que haría todo lo posible para que llegara al play off. Estaba convencida de que llegaría y de que marcaría, y así fue”, recuerda la fisioterapeuta del Zamora CF.
El club rojiblanco ha vivido una buena temporada en cuanto a lesiones, pese a que, como es lógico, han aparecido en el seno del primer equipo situaciones complicadas. No obstante, las más graves han sido lesiones difícilmente evitables desde la parcela médica y la parcela técnica. La grave lesión de Perrini en la rodilla, la de Garban en el hombro, la de Escudero por un pisotón y la de Asiel con la rotura del peroné fueron lesiones ‘imposibles’ de evitar.
Por último, Andrea Rodríguez reconoce que vivió el ascenso de manera diferente por la situación generada por el coronavirus, y también reconoce que quería vivir un ascenso puesto que tomó contacto con el club cuando éste todavía estaba en Segunda B. Además, finaliza resumiendo: “Me siento una privilegiada y afortunada de trabajar y disfrutar en mi trabajo. Empecé con 23 años y ahora tengo 28. Desde el principio me han respetado y valorado a mí y a mi trabajo. No necesito un reconocimiento público, el reconocimiento es a diario. El principal orgullo de mi caso en particular y del cuerpo médico en general es que los 22 jugadores estén al cien por cien el domingo, y que el cuerpo técnico pueda hacer la alineación que desee. Siempre trabajo para dar el máximo y por esa parte estoy muy feliz”, finaliza.
Fuente: Zamora24horas