Desarrollado en 1969 para la evaluación de la autonomía física y la independencia para las AVDs de personas mayores. La traducción al español no llegó hasta 1993, desde entonces su uso en el ámbito de la geriatría es bastante extendido. Se trata de una escala que evalúa la autonomía física y las actividades instrumentales de la vida diaria. Uno de los puntos fuertes de esta escala es que permite analizar la puntuación global y también cada item a nivel individual. Además, se ha demostrado su sensibilidad a la hora de detectar los primeros síntomas de deterioro cognitivo.
Evalúa la independencia de la persona para realizar los siguientes 8 items: usar el teléfono, hacer compras, preparar la comida, encargarse del cuidado de la casa, lavar la ropa, utilizar medios de transporte, responsabilidad sobre su medicación, administrar su propia economía.
Cada item tiene un valor numérico (1 independiente, 0 dependiente) y la suma de las respuestas da lugar a un resultado que va desde 0 (máxima dependencia) a 8 (independencia total).