Los tatuajes y la micropigmentación (maquillaje permanente) son formas de arte corporal extendidas en todo el mundo. En ellas, se emplean tintas de colores que penetran en la piel y dejan un diseño permanente o semipermanente. Sin embargo, existe gran desconocimiento sobre los efectos que estas tintas pueden provocar en la salud, por lo que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha publicado una campaña con recomendaciones para una correcta identificación y buen uso de estos productos.
Los tatuajes son marcas permanentes o diseños hechos en la piel con pigmentos insertados por medio de punciones en la capa superior de esta. Generalmente, el artista del tatuaje utiliza una máquina manual que actúa muy parecido a una máquina de coser, con una o más agujas que perforan la piel repetidas veces. Con cada punción, las agujas insertan diminutas gotas de tinta.
En la actualidad, se estima que uno de cada cuatro europeos, con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, tiene, al menos, un tatuaje o se ha realizado un tratamiento de micropigmentación. Estas formas de arte corporal utilizan tintas que, en España, se consideran productos de cuidado personal, englobados en la categoría de productos de estética.
Por ello, para su comercialización como producto de cuidado personal, es obligatorio que estén autorizados previamente por la AEMPS, lo que garantiza su seguridad y eficacia. Para ayudar a su identificación, la Agencia cuenta con un listado completo y actualizado de los productos para maquillaje permanente y tatuajes que se encuentran autorizados y anotados en su registro.
Así, entre los requisitos principales a tener en cuenta a la hora de identificar si un producto es seguro para la salud, la campaña de la AEMPS destaca los requisitos legales, la importancia de su aplicación por parte de personas profesionales cualificadas o los detalles sobre el etiquetado.
A la hora de comprobar si los productos son seguros a través de su etiquetado, es importante observar que en él se encuentre un número de registro con la estructura XXX-PE. Además, la etiqueta debe llevar el nombre del producto, la descripción del producto, la fecha de caducidad y su contenido en mililitros.
También se deben poder observar la lista de ingredientes, su uso recomendado, advertencias, el lote de fabricación y el responsable de puesta en el mercado. Sin embargo, comprobar esto no evita riesgos si la persona no se pone en manos de un profesional cualificado para estas técnicas y que solo emplee productos destinados uso humano para tatuaje y micropigmentación.
La importancia de asegurarse de que el procedimiento va a ser lo más seguro posible radica en que, de no hacerlo, un tatuaje puede derivar en complicaciones como reacciones alérgicas, infecciones y otros problemas en la piel (como granulomas y queloides), enfermedades transmitidas por la sangre o complicaciones en las resonancias magnéticas.
Fuente: Consalud