El sueño es un componente esencial para el bienestar general y la salud de una persona. Pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo, lo que subraya la importancia de mantener una postura adecuada durante el sueño para prevenir dolores y problemas de espalda. Las malas posturas al dormir pueden tener un impacto significativo en nuestra salud vertebral, causando una serie de dolencias y molestias.
La columna vertebral es una estructura compleja y vital que proporciona soporte y movilidad a todo el cuerpo. Cuidar la forma en la que descansamos y el soporte sobre el que lo hacemos es esencial para permitir que la columna descanse y se recupere durante la noche.
El Doctor Galovich, jefe de la Unidad de Columna de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid explica que “es muy difícil decir que existe una forma única de dormir para evitar que sufra la columna. A lo largo de la noche cambiamos de posición de forma habitual continuamente porque el cuerpo de forma automática evita estar con una posición mantenida en el tiempo porque eso lo que hace es que aumenta presión sobre las partes blandas, o sea, sobre el tejido y eso es incómodo, lo mismo que ocurre cuando estamos sentados”.
Mantener una posición única para toda la noche no es positivo y eso apunta el Dr. Álvarez Galovich “lo vemos en los pacientes por ejemplo que están encamados de forma continua en una UVI, porque están intubados, que una de las cosas que se les hace de forma continua es estar cambiándoles de posición”.
Entre las diferentes posiciones que podemos adoptar a la hora de dormir, el jefe de la Unidad de Columna de la FJD, indica que “las posiciones en que la columna sufre menos es boca arriba o de lado. Dormir de lado es quizás un poco más anatómico porque mantiene toda la columna recta con todas las curvas que tenemos de forma natural en el en el plano lateral de la columna estables”.
Aunque reconoce que no podemos decir que haya posturas malas para dormir de forma generalizada apunta que “quizás algo menos fisiológico es el dormir boca abajo, aunque eso no significa que sea malo. Hay mucha gente que duerme muchas horas boca abajo sin producirle molestias”. Esta postura tiende a torcer la columna vertebral y forzar el cuello en una posición que puede resultar incómoda.
Mientras estamos dormidos el cuerpo va cambiando de posición, intentando buscar aquella en la cual tiene menos molestias. El Dr. Álvarez Galovich reconoce que es más importante la superficie sobre la cual descansamos que la forma en la cual descansamos. “Si dormimos en un colchón excesivamente blando toda la noche, por mucho que el cuerpo intente adaptarse no es capaz de conseguir que la columna se mantenga en una posición correcta y lo que hace es que puedan producirse molestias generalizadas en toda la columna. Porque tanto las estructuras articulares, como las ligamentosas, como las musculares, sufren una alteración a la hora del posicionamiento, con aumentos de tensión en uno u otro lado. Y aunque esto no vaya a producir una lesión estructural pura, sí que puede producir dolor o molestia”, indica el experto.
Otro de los elementos importantes en el descanso es la almohada y actualmente disponemos de cantidad de variantes entre las que elegir. Dependiendo de las características de cada persona se puede optar por una almohada u otra. “Cada uno tiene una forma de cuello un poco diferente. Hay personas que tienen una estructura cervical de la columna con menos curva, más alineada y otras personas que tienen más curva y la tienen más echada hacia detrás. La mayoría de la gente suele dormir con la cabeza girada habitualmente siempre hacia el mismo lado. La almohada, lo que va a hacer, es intentar adaptarse a esa situación. Las personas que la tienen más curva les puede venir mejor una almohada un poco más grande y un poco más rígida, pero por lo general, yo lo que recomiendo a la mayoría de la gente que me pregunta es usar una almohada muy blanda que se pueda doblar en dos en caso de necesidad y que se vaya adaptando a la cabeza una vez que estés posicionado en una postura”, señala el Dr. Álvarez Galovich.
Entre las dolencias más comunes que se producen tras un mal descanso encontramos el dolor de cuello que se produce por una mala alineación de la columna cervical. Esto puede tener su origen en la almohada ya que si es demasiado alta o demasiado baja, puede causar tensión en los músculos del cuello y los hombros. También dolor lumbar por dormir en una posición que no mantiene la curva natural de la columna lumbar pudiendo llegar a provocar dolor en la zona baja de la espalda.
Aunque no mantengamos una misma posición para dormir durante toda la noche, si sufrimos dolor de espalda lo más recomendable según el Dr. Álvarez Galovich sería “dormir de lado intentando doblar un poquito las caderas y las rodillas. Esta es la forma en la cual se descarga un poquito más toda la estructura muscular y toda la estructura, de ligamentos y articular”.
Adoptar hábitos de sueño saludables nos aportará beneficios para nuestra salud física y mental. Elegir un colchón adecuado, ni demasiado blando que pueda hundirse y causar mala alineación, ni demasiado firme puede ejercer presión en los puntos de presión; así como una almohada que se vaya adaptando a la postura de la cabeza serán puntos fundamentales para prevenir y aliviar el dolor de espalda asociado con las malas posturas al dormir.
Fuente: Consalud