La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que suele debutar con una fractura. Esta última tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente y en su morbimortalidad. “En ocasiones, pasan de ser pacientes independientes a requerir ayuda”, apunta Katherine Cajiao. De hecho, “las fracturas que más vemos por fragilidad son las de cadera y vértebras y esto supone limitación, dolor, dependencia y aumento de la mortalidad”, añade la especialista.
Con motivo del Día Mundial de la Osteoporosis y en colaboración con Gedeon Richter, la reumatóloga aborda las consecuencias de la enfermedad y la importancia de los hábitos saludables tanto para su prevención como para evitar dichas fracturas por fragilidad.
En este sentido, la alimentación y el ejercicio físico juegan un papel primordial. “A lo largo de la vida, todas las personas disminuimos nuestra masa ósea, por lo tanto es fundamental llegar con una buena calidad. Una alimentación alta en calcio adaptada a cada edad disminuye la incidencia de fractura y evita la llegada de la osteoporosis”, apunta.
A su vez, el ejercicio físico permite tener más movilidad. “Cualquier ejercicio que involucre soportar el peso de uno va bien para la salud ósea”, señala Cajiao.
Por todo ello, esta especialista insiste en la importancia de que se realicen campañas de concienciación y de prevención en etapas tempranas. “Las fracturas pueden prevenirse desde la temprana edad. Por tal razón, es importante haber tenido una dieta alta en calcio, la exposición solar, hacer ejercicio y evitar el alcohol y el tabaco”, concluye.
Fuente: Consalud