Son numerosas las investigaciones que sugieren que cualquier aprendizaje que entraña un desafío para nuestro cerebro ayuda a desarrollar las conexiones neuronales. Así, cuando se aprenden cosas o se llevan a cabo actividades nuevas, se entrena el cerebro hasta potenciar la neuroplasticidad y mejorar la reserva cognitiva.
Según la Sociedad Española de Neurología, la necesidad de adaptarse a nuevas sensaciones, lingüísticas, visuales, aromas, sabores, aprender nuevas calles y hacer un mapa mental del lugar en el que se está o comunicarse en otro idioma, son algunas de las actividades que estimulan el cerebro, lo vuelven más plástico, más creativo, y dan más capacidad de comprender.