La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha definido plasticidad como la capacidad de las células del Sistema Nervioso para regenerarse morfológica y funcionalmente, después de estar sujetas a influencias patológicas ambientales o del desarrollo, incluyendo traumatismos y enfermedades, permitiendo una respuesta adaptada a la demanda funcional.
El desarrollo de este fenómeno tiene una gran repercusión clínica tras la lesión del Sistema Nervioso, pero en realidad se pueden distinguir múltiples formas de neuroplasticidad que se dan en diferentes circunstancias del ciclo vital, como sucede durante el desarrollo o el aprendizaje.