Las consecuencias económicas de la crisis serán notables para el 53% de los fisioterapeutas castellanomanchegos, con unas pérdidas estimadas de alrededor del 50% de la facturación anual. Es una de las conclusiones de la encuesta realizada el pasado mes de mayo por el Consejo General de Colegio de Fisioterapeutas de España (CGCFE) entre todos sus colegiados para conocer cómo ha afectado la COVID-19 al sector en España. Tras el análisis de los datos específicos de Castilla-La Mancha, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (COFICAM) extrae que el 96% de los encuestados se ha visto afectado en su ámbito laboral como fisioterapeuta por la crisis sanitaria provocada por la COVID-19.
La gran mayoría de los afectados tiene una relación laboral por cuenta propia (56%) mientras que un 33% trabaja por cuenta ajena y 7% declara pluriactividad. En la encuesta también se observa que el 55% cesó su actividad a lo largo de este periodo principalmente por la imposibilidad de acceder a material de protección individual para la atención de los pacientes (33%), seguido de la bajada de pacientes y la consiguiente reducción de facturación (22%). Para el 29% el cese de la actividad ha ido desde un mes a más de dos meses de duración.
“El impacto económico es evidente en el sector. Si se reduce el número de pacientes debido a la situación, se reduce el volumen de ingresos y es posible que se produzcan despidos”, afirman desde COFICAM. Respecto al lugar de trabajo, un 46% trabajan en su centro o clínica privada y un 44% realiza atención domiciliaria.
Solicitud de ayudas
El 46% declara haberse acogido a alguna ayuda por el cierre de la actividad, ya sea aplazamiento de pago de impuestos, ayudas autonómicas, moratoria de cuota de autónomos, ayuda por disminución de ingresos (menos del 75%). El 10% de los profesionales que no han solicitado el cese de su actividad se debe a que sólo han atendido urgencias.
Fuente: El diario.es