El Hospital de Salamanca ha creado un plan para evitar los ‘habituales’ delirios entre los pacientes ingresados, pero especialmente entre los de edad más avanzada dadas las serias consecuencias que estos episodios pueden tener.
Está comprobado que “entre el 10% y el 14% de los pacientes hospitalizados, tengan la edad que tengan, sufren delirios en algún momento del ingreso, pero cuando se trata de ancianos el porcentaje se dispara hasta el 50%”, apunta la internista y responsable de este programa, Sandra Inés Revuelta.
Que un anciano hospitalizado pueda decir cosas extrañas durante su ingreso, o no sepa donde se encuentra, se tiende a relativizar por parte de los acompañantes, pero esos momentos de delirio “tienen complicaciones en la gente mayor”, advierten los especialistas. “Es un síndrome confusional que a veces se les pasa -o eso parece-, pero se ha demostrado que repercute en su deterioro y que puede ocasionar demencia en aquellos que no la tenían, o agravar la que ya tenían”, informan. Además del deterioro cognitivo que produce el delirium, también se estiman cifras de mortalidad de hasta el 40% durante el ingreso, y en el 35% de los ancianos que fallecen un año después de recibir el alta se establecen relaciones entre la mortalidad y el delirio.
“Recomendamos que los pacientes autónomos se levanten cuanto antes. También deberian salir al pasillo y caminar hacia las salas de familiares, que tienen unos grandes ventanales. En cambio, la tendencia es a quedarse metido en la habitación. A raíz del covid no ves a prácticamente nadie en los pasillos”, comenta la doctora Sandra Inés Revuelta.
Respecto a los pacientes no autónomos, aquellos que necesitan ayuda para moverse, la premisa es “levantarles al sillón cuanto antes”. “Allí se encontrarán un gráfico con ejercicios para realizar sentados, tanto de brazos como de piernas, y una tabla con los horarios en los que deben ejercitarse. No solo cuando se acuerden. Los ejercicios también se podrán realizar con aquellos pacientes que no pueden salir de la cama y será determinante la participación de la familia”, detallan.
El programa de prevención frente al delirio se complementa con otros objetivos como vigilar la correcta hidratación, higiene del sueño, estimulación cognitiva y corregir las deficiencias sensoriales.
En la elaboración de esta estrategia han participado médicos y personal de Enfermería de distintas especialidades, pero la idea es que la puesta en marcha comience por Medicina Interna: un servicio donde nunca faltan pacientes y, además, tienen una media de edad muy avanzada. Posteriormente, el programa se irá extendiendo a otras plantas de hospitalización del Complejo.
Las cabezas visibles del proyecto son la internista Sandrá Inés , el neurólogo José Carlos Gómez y la cirujana Rosana Hernández. Enfermería está representada por Cristina Oreja, Miryam González, Rut Prieto y Gema Rodríguez.
Fuente: La gaceta de Salamanca