–Especificidad: El ejercicio tiene un efecto osteogénico localizado.
–Sobrecarga: El aumento progresivo de la intensidad del ejercicio promueve una mejoría continua.
–Valores iniciales: Los individuos con menor masa ósea total tienen el mayor potencial de progreso.
–Disminución del retorno: Al acercarse al techo biológico de densidad ósea, se requiere un mayor esfuerzo para aumentarla aún más.
–«Más» no necesariamente es «Mejor»: Las células óseas se vuelven insensibles en respuesta a sesiones de carga mecánica prolongadas.
–Reversibilidad: La interrupción del ejercicio revierte los efectos osteogénicos positivos del ejercicio.