Procedimiento: El paciente se sienta recto en una camilla de exploración y deja las piernas colgando. En el primer paso de esta prueba se le pide que “deje caer” la columna torácica y lumbar (inclinación). En esta posición el fisioterapeuta coloca la cabeza del paciente en posición neutra y con el antebrazo derecho empuja los hombros del paciente para aumentar la flexión de la columna torácica y lumbar, al tiempo que pide al paciente que flexione lo máximo que pueda la cabeza y la columna cervical.
El fisioterapeuta fuerza la presión en los tres segmentos de la columna y al tiempo realiza una flexión dorsal máxima del pie del paciente con la otra mano. Al mismo tiempo se indica al paciente que extienda la rodilla todo lo que pueda.
A continuación se repita la prueba con la otra pierna y, si es posible, de forma simultánea con las dos piernas.
Valoración: La prueba puede provocar un pinzamiento/irritación de la duramadre o de las raíces nerviosas con aparición de un dolor irradiado.
Si el paciente no puede extender la rodilla debido al dolor, el fisioterapeuta deberá reducir la presión sobre la columna cervical y pedir al paciente que trate de extender la cabeza lentamente. Si con esta maniobra el paciente es ya capaz de extender la rodilla sin dolor o con menos dolor, se dice que el resultado de la prueba es positivo y existe afectación de estructuras neurales.
Ya tienes a la venta el libro: “Fisioterapia con Humor”. La idea de este recopilatorio es mezclar la bonita profesión que es la fisioterapia con una serie de imágenes divertidas y anecdóticas que llegan a suceder durante nuestro trabajo.