Esta prueba se utiliza para evaluar una posible afectación del músculo piramidal de la pelvis.
Posición del paciente: Tumbado de lado, con el miembro del lado a valorar arriba. La pierna reposa sobre la camilla se encuentra con extensión de rodilla. La otra pierna presenta 60º de flexión de la articulación coxofemoral y 100º de flexión de rodilla. El dorso del pie homolateral reposa sobre la porción posterior de la rodilla que se encuentra sobre la camilla.
Posición del fisioterapeuta: En bipedestación, delante a la altura de las caderas. El fisioterapeuta toma un contacto con la mano superior sobre la cresta iliaca del lado a evaluar. La otra mano contacta con la porción lateral de la rodilla del mismo lado.
Ejecución del test: El fisioterapeuta fija la pelvis con la mano superior mientras que con la otra mano realiza un empuje sobre la rodilla hacia el suelo, de tal forma que se induce una rotación interna de la articulación coxofemoral.
Interpretación del test: Si el fisioterapeuta percibe dificultad de movimiento o aparece un cuadro álgico a lo largo del recorrido del músculo piriforme, se puede pensar en una afectación de este músculo.
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