1.Las apariencias engañan: Comprueba que la app identifica claramente a quién va dirigido y cuáles son su finalidad y objetivos.
2.Sin miedo a dar la cara: Revisa que los responsables de la app se identifican claramente y es fácil contactar con ellos.
3.Que no te compren (por nada menos): Ten en cuenta las fuentes de financiación y patrocinio de la app y que la información sobre salud puede estar mezclada con publicidad.
4.La información también caduca: Comprueba que la información de la app ha sido actualizada recientemente.
5.Que venga de buena familia: Verifica que la información sobre salud tiene buenas referencias: bibliografía, autores o instituciones reconocidas.
6.Las cuentas claras: Asegúrate de que la app de salud informa sobre los términos y condiciones con respecto a la comercialización de sus productos y servicios.
7.El tamaño si importa: Comprueba que la app muestra información sobre el espacio que ocupa, su consumo y los recursos del teléfono que utiliza.
8.Tu tesoro: Tus datos son tuyos. Si la app te pide datos personales asegúrate de saber qué va a hacer con ellos.