En el momento de nacer el bebé dispone de respuestas automáticas ante determinados estímulos que favorecen la adecuación al nuevo ambiente.
A estas respuestas las denominamos REFLEJOS.
A medida que se desarrolla el Sistema Nervioso, los reflejos son solapados por otros movimientos y acciones nuevas y conscientes.
Clasificaremos los reflejos en:
a)Primarios o arcaicos: Presentes en el momento del nacimiento y con desaparición variable. Aseguran la respuesta inmediata al nuevo entorno y a sus necesidades.
b)Secundarios: Aparecen después de los primarios e integran automatismos y evolución de la conducta del bebe a lo largo de toda su conducta.
Los reflejos primarios son movimientos automáticos, estereotipados, dirigidos desde el tronco del encéfalo y ejecutados sin implicación cortical. Son esenciales para la supervivencia del bebé en sus primeras semanas de vida y le aporta el entrenamiento en habilidades voluntarias posteriores.
Su presencia es fisiológica en el transcurso de los primeros meses de la vida, indicando la ausencia de depresión del sistema nervioso central y un tronco cerebral intacto. No obstante, deberían inhibirse o ser controlados por centros superiores del cerebro.
Aún así, existen varios reflejos que persisten en la edad adulta: reflejo de parpadeo, reflejo de tos, reflejo del bostezo, reflejo del estornudo.