El síndrome de Volkmann o contractura isquémica es el conjunto de secuelas por necrosis muscular y nerviosa que aparecen como consecuencia de un síndrome compartimental agudo. Esto ocurre habitualmente tras una fractura, aunque no siempre es el desencadenante (pueden producirlo también vendajes, quemaduras, aplastamientos, etc.).
Se produce un incremento de la presión en una celda fascial de un miembro, lo que provoca una disminución de la presión de perfusión capilar, afectando la viabilidad de los tejidos de dicha celda.
Se ha visto un aumento importante en la discapacidad residual cuando pasan más de 6 horas desde el diagnóstico hasta la actuación quirúrgica (fasciotomía).
Las fracturas más frecuentemente asociadas con este síndrome son las de antebrazo, supracondíleas humerales y diafisarias tibiales, con predominio en miembros superiores.
Aparecen alteraciones musculares, nerviosas, cutáneas y articulares, según la localización, que pueden llegar a producir fibrosis muscular, parálisis, anestesia y alteraciones tróficas de la piel.