Lavarse con regularidad las manos.
Mantener una alimentación sana. (Fruta de temporada con vitamina C).
Un probiótico al día (lactobacilos y bifidobacterias favorecen al buen estado de la flora intestinal):
Ventilar las habitaciones.
Mantener la humedad en las habitaciones (humidificadores, cuencos de agua).
Usar pañuelos desechables de papel.
Evitar fumar.
Evitar espacios cerrados con aglomeración de personas.
Un buen descanso, dormir.
Cuidado con los cambios bruscos de temperatura, abrigarse.
Abstenerse en lo posible de acudir a los hospitales.