-Área cardíaca
-Órganos especializados como los ojos (pueden provocar desprendimientos de retina), oídos, ovarios y testículos.
-Útero gestante o en pacientes con DIU. No se tratará nunca el abdomen ni la región dorsolumbar.
-Sobre el cartílago de crecimiento en los niños.
-Inflamaciones sépticas. Por el peligro de favorecer la diseminación.
-Tromboflebitis y varices. Las vibraciones producidas por el ultrasonido podrían conducir al desprendimiento de un trombo.
-Endoprótesis. Los componentes plásticos de las prótesis pueden sufrir los efectos térmicos de la aplicación de ultrasonidos.
-Tras laminectomía. El empleo de ultrasonidos en la zona puede conducir al daño de las raíces nerviosas.
-Traumatismos recientes. No se aplicarán ultrasonidos en las primeras 36 horas.
-Pérdida sensorial. Deben tratarse con mucha precaución: dosis baja y modalidad pulsante.